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Ainhoa Campo Barasoain Emociones y objetivos

En el mundo occidental, muy a menudo, tendemos a confiar en nuestra mente y evitamos utilizar sentimientos y emociones, sobre todo, en nuestro ámbito profesional.

Y eso, se lo podemos agradecer a Descartes (entre otros de los grandes pensadores). Su famoso dicho: «Pienso, luego existo» nos vino muy bien a la hora de luchar contra la mentalidad mágica/religiosa que hasta entonces retrasaba el progreso de la humanidad.

No siento ningún rencor contra Descartes, lo prometo, ¡incluso lo admiro!

Sin embargo, yo, personalmente, completaría su celebrada frase de esta manera:

«Pienso, tengo un cuerpo, experimento sentimientos y emociones: luego, existo» 

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El valor real de los sentimientos y las emociones

Los sentimientos y las emociones no son inútiles. Tienen un propósito.

Nuestras principales emociones: alegría, tristeza, enojo, miedo y repugnancia, y todas sus hermanas y hermanos, están presentes por una razón.

Tienen algo que decir y están decididas a ser escuchadas.

Las emociones colorean nuestra realidad.

Son la lente que nos permite ver lo que está sucediendo.

Por ejemplo, un atasco no se valora de la misma manera si te sientes feliz y satisfecho que si has tenido una pelea con un ser querido. Y aun así, el atasco es el mismo.

Somos nosotros los que construimos la narrativa en la que vivimos.

Las historias que nos contamos pasan por el lente de nuestros sentimientos.

La investigación demuestra que la experiencia real tiene menos impacto en nosotros que la narrativa que usamos. Por eso, es tan importante y útil el reconocer nuestros sentimientos.

No podemos cambiar los hechos, pero podemos ser conscientes de los sentimientos que nos acompañan y cambiar nuestra narrativa para aprovechar la situación al máximo.

 

3 maneras para que tus emociones colaboren contigo

3 maneras simples para que nuestras emociones colaboren con nuestros objetivos

Hay 3 cosas fáciles que puedes utilizar para poder usar tus emociones en tu beneficio

1- Conoce tus sentimientos.

Para ello, debes darte permiso para sentirlos sin juzgarlos

Sencillo, ¿verdad?

Sí, de hecho, es un proceso muy sencillo.
Si quieres practicar sentir tus emociones, prueba esto:

  1. Coge un cubito de hielo y ponlo en un vaso, servilleta o paño.
    Siéntate y relájate.
  2. Pon el cubo de hielo en tus manos: siente el frío.
  3. Quédate con la sensación todo el tiempo que puedas
  4. ¿Quieres huir de esa sensación molesta?
    Espera un poco más.
  5. Oblígate a observar lo que sientes … Mantente en esta posición tanto como puedas.
    Esto te entrenará para no huir de tus sentimientos.
  6. Pruébalo con una emoción que no te gusta, y luego con una emoción que disfrutes.
  7. ¿Qué pasa en tu mente? ¿Qué pasa en tu cuerpo? ¿Qué te dice la emoción?

2- Aumenta tu vocabulario emocional.

Decir que te sientes feliz, triste o enojado… está bien, pero no te ofrece mucha información. Los sentimientos, a menudo, se mezclan como cuando juntamos amarillo y azul. Los colores dejan de ser amarillos y azules, sino … verdes.

Aprende todo lo que puedas sobre sentimientos y emociones.

3- Diviértete, juega con tus sentimientos.

Los sentimientos son en realidad pasajeros. No duran para siempre, ni los buenos ni los malos. Puedes no tomártelos tan en serio.

La forma más entretenida que he encontrado de conocer nuestras emociones, es la película de Disney, «Al revés». Aquí te dejo el tráiler:

 

 

¿Qué consigues al manejar bien tus emociones?

¿Qué beneficios inmediatos obtendrás de todo esto?

Muchos, no lo dudes.

Sin embargo, dos de ellos pueden ayudarte especialmente con tu vida profesional si eres una persona que hasta ahora se ha apoyado principalmente en la mente.

Si sabes cuáles son los hechos y sabes cuáles son tus sentimientos, puedes cambiar conscientemente el lente (emoción / sentimiento) que utilizas para mirar los hechos y hacer que te sirvan mejor para tus propósitos.

Imagina que cometiste un error en el trabajo (hecho) y tu jefe no está contento con eso y te lo hace saber claramente (otro hecho) …

Tú, puedes sentir vergüenza, es una reacción natural o enojo.

No tienes ninguna necesidad de huir de esos sentimientos.

Quédate con ellos (como te quedabas con el cubo de hielo): escucha lo que tus sentimientos intentan decirte … observa cómo evolucionan … y luego cambia la historia que te cuentas y conviértela en algo que puede ser útil para ti.

En tu mente podría verse así:

  • He cometido un error
  • Mi jefe no está feliz
  • Él / ella es un palo … pero en este caso, podría tener razón

Tienes material para practicar … y divertirte al hacerlo.  Ya me dirás cómo te va el descubrimiento de tus emociones. Déjame tus comentarios abajo

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