El cuerpo, ante la causa de nuestra negatividad, reacciona con un proceso químico.
Fisiológicamente, el cuerpo tarda unos noventa segundos en procesar las hormonas del estrés y recuperar su estado normal.
Noventa segundos.
¿Verdad que te parece poquísimo?
¡Cuántas veces has tenido un enfado que te dure solo 90 segundos!
Poquísimas, seguro.
Y, eso es porque, en la mayoría de los casos, seguimos pensando en lo que nos ha enfadado y entristecido.
Nuestra mente no puede dejar de pensar en el motivo de nuestro enojo, y vuelve a repetir el proceso químico.
Una, y otra vez, quedando atrapado en un círculo vicioso del que nos cuesta muchísimo salir.
Afortunadamente, como tantos otros círculos viciosos, este también se puede detener.
No solo, sino que, además de contrarrestar la química de tus emociones negativas, puedes también aprovecharte de ellas.
¿Cómo podemos manejar las emociones?
Cuando seas preso de un sentimiento negativo que no resulte útil sino perjudicial, déjate invadir durante ese breve momento.
No pienses, solo siente la emoción.
Sé consciente de que tu cuerpo está sintiendo una emoción negativa.
Reafírmate a ti mismo que, no pasa nada, que es pura química. Una emoción es sólo una emoción. Sólo una parte de ti, no es necesario que la química de la emoción invada todos tus espacios.
En cuanto sientas que esa emoción disminuye, es decir, cuando superes esos noventa segundos de los que hablábamos, céntrate deliberadamente en cosas positivas.
Es decir, contrarresta tus emociones negativas con emociones positivas y rompe el círculo vicioso que tu propio cuerpo está generando.
En otras palabras, ¡aprovecha en tu beneficio el ciclo químico de las emociones!
¡Súbete a la ola de las emociones negativas y conviértela en pura positividad!
Si lo haces, recuperarás un equilibrio más objetivo de lo bueno y lo malo en tu vida.
Con el tiempo, aprenderás a disipar la química negativa que producen tantas emociones negativas, y a reconocer que la mayoría de ellas son emociones bien inútiles en las que no merece la pena reincidir.
Así que, si estás triste o de mal humor, utiliza la regla de los noventa segundos.
¿No sería mejor enfrentarse a esa emoción de frente y con toda la fuerza de tu ser?
En absoluto. ⛔
Recuerda que, aquello en lo que te centras crece.
Si prestas total atención a una emoción que no quieres sentir intentando que desaparezca, adivina qué va a pasar.
Efectivamente.
Una batalla perdida.